Especialistas en seguridad pública discuten estrategias para reducir la violencia
En uno de los eventos de conmemoración de dos años del CIVI-CO, un polo para negocios de impacto social donde está ubicada la sede del Humanitas360 en São Paulo (Brasil), un debate con especialistas en seguridad pública reunió a la abogada y directora ejecutiva del Instituto de Defensa del Derecho de Defensa (IDDD) Marina Días, Antonio Junião del colectivo Ponte Jornalismo, el profesor de la Fundación Getúlio Vargas, Rafael Alcadipani, y la directora del Fórum Brasileño de Seguridad Pública, Samira Bueno. En la conversación, mediada por el periodista e investigador del Núcleo de Estudios de la Violencia de la USP, Bruno Paes Manso, los cuatro comentaron, a partir de las diversas perspectivas, la situación actual de las políticas de seguridad pública y las perspectivas para la discusión sobre la reducción de la violencia.
Rafael Alcadipani, que es especializado en el estudio sobre policías, destacó que la situación de la categoría es de completo abandono: “El Fórum Brasileño de Seguridad Pública divulgó datos interesantes y chocantes a respecto de la muerte de personas negras en Brasil, donde uno ve que, en la propia policía, son los negros que más mueren.” También recordó que hay una formación ideologizada, poco científica y desfasada de nuevos profesionales. Bajo la perspectiva de la justicia criminal, Marina Días llamó la atención para las propuestas recientes del actual gobierno que tienden a aumentar la violencia – entre ellas, el acuerdo penal (plea bagain), una especie de “juzgamiento fast food”. “Si pensamos en quienes son las personas que son presas – pilladas por la ostensiva vigilancia policial, con pequeñas cantidades de drogas –, van a ser presionadas a aceptar estos acuerdos con pruebas insuficientes, muchas con un testimonio apenas policial, y el Judiciario firma estas pruebas producidas de modo muy frágil.
Samira Bueno trajo la perspectiva de la violencia contra las mujeres para el debate. Resaltó que, a pesar de las estadísticas de los últimos años mostraren una aparente caída en los índices como el de homicidios y de robos en grandes ciudades, los datos de violencia contra la mujer han aumentado significativamente en los últimos años. “Los estupros está creciendo, la violencia sexual, en sus diferentes formas, los feminicidios. Al revés de lo que muchas veces la propia imprenta retrata, el feminicidio no es un crimen pasional. Viene de una trayectoria de violencia, que podría haber sido evitada con políticas públicas eficientes que se preocupasen con esta mujer”, dijo.
Representante del colectivo Ponte Jornalismo, vehículo independente que cubre cuestiones de seguridad pública, Antonio Junião resaltó que el trabajo periodístico es fundamental para incluir en el debate la perspectiva de la población, que sufre todos los días con la violencia practicada por representantes del Estado. “La seguridad pública siempre fue muy poco discutida, y no existe la escucha activa de la sociedad civil”, afirmó. También recordó que la discusión racial es fundamental para el tema: “Vemos la sociedad debatiendo el tema del racismo, pero no vemos el judiciario discutiendo el racismo. La opresión es racializada y el debate debe, también, ser racializado”.
Considerando los equívocos y aciertos de las políticas de seguridad pública en los más de 30 años de la Constitución de 1988, los investigadores también destacaron una visión parcialmente “arrogante”, como afirmó Alcadipani, de sectores progresistas de la sociedad, que no supieron dialogar bien con las visiones diferentes. Por el otro lado, como afirmaron Marina Días y Antonio Junião, cada vez más la sociedad ha reflexionado sobre la experiencia de la periferia como una de las formas de pensarse a respecto de la eficacia, de hecho, de este sistema democrático. “Cuando miramos para la gente que está involucrada con el sistema de justicia criminal, cuando pensamos en la democracia en los territorios periféricos, se puede cuestionar si, de hecho, se puede decir que hubo un acceso a la democracia. En la justicia criminal, sentimos el olor de gas hace mucho tiempo”, recordó Días. “Si deseamos ser una sociedad moderna y contemporánea, no podemos continuar con políticas y prácticas medievales. No se puede hablar de este tema también sin hablar de nuestros propios privilegios”, finalizó Junião.
(Tradução: Gabriel Marques)