El escritor Ferréz habla sobre práctica emprendedora, literatura periférica y sistema penal

El escritor Ferréz habla sobre práctica emprendedora, literatura periférica y sistema penal

“Fui hace unos días en una reunión de startups en que una de las personas presentes nos dijo: si quieres empezar un startup, la primera cosa que tienes que hacer es cálculo. Tienes que tener el dinero para comenzar y si este dinero no regresa la inversión hecha, no lo hagas. Si fuera hacer así, nunca habría hecho nada en mi vida.” Además de escritor, empresario y fomentador hace muchos años de la cultura periférica, el paulistano Ferréz también es autor de frases polémicas como esta. Estuvo en el CIVI-CO – un polo de negocios de impacto social que es sede del Humanitas360 – para participar de una charla en que habló sobre su trayectoria y experiencia con la práctica emprendedora, en la literatura y en sus tiendas de ropas.

Aunque sea más conocido por sus libros – el más gran suceso es “Capão Pecado”, que tiene una historia ubicada en su barrio, Capão Redondo, y que inauguró el movimiento de literatura marginal posterior a los años 2000 – Ferréz también es un emprendedor, y con muchas cosas para enseñarnos. “Comprendí desde el principio que el libro no me daría sustento. Lo que me ayudaría eran las ropas. Y empecé a entender que la comunidad tenía una pasión por las marcas”, recuerda. Cuando comenzó a producir las primeras estampas para gorras, adhesivos y camisas, a nadie de Capão Redondo le gustaría comprarlas. “Les gustaría ropas de marcas ya conocidas, pero les decía que era una marca de comunidad, hecha por nosotros mismos”. No estaban de acuerdo, pero “de cada 10, lograba convencerle a uno”, recuerda.

Así, estructuró la marca 1 da Sul. Su trabajo fue también uno de los responsables por una especie de reformulación del significado del barrio – que dejó de ser visto como uno de los más peligrosos de la capital paulista para convertirse en uno de los principales polos culturales de la ciudad, con diversos músicos, artistas, escritores y diseñadores. 

Aunque no le guste el término “emprendedor”, Ferréz lo es en el mejor sentido de la palabra – consiguió, además de estructurar sus negocios, ayudar a promover un cambio en los valores y en la forma como la comunidad se veía a sí misma. Cuando se lo cuestionaron sobre el trabajo que realiza con el apoyo del Humanitas360, que les promueve el ejercicio emprendedor social a personas presas, tiene una visión realista: “Donde no son bienvenidos proyectos como este, queda vacío. Y donde hay este vacío, entra el otro lado [refiriéndose a las facciones criminosas]. El sistema está hecho perfectamente para esto: para mantener a los negros pobres y los blancos pobres presos. Entonces, se dividen en facciones, crean las propias leyes y se asesinan. Mientras tanto, los ricos gozan en sus propiedades particulares y viven en una minoría. La elite cree que el dinero es un beneficio solamente suyo, pero el dinero también viene de lo de abajo”. 

Con una visión esmerada sobre los problemas sociales del país, su preocupación es con los cambios recientes en el trabajo, con el avanzo de la tecnología. “Todo se ha cambiado. Una parte de la sociedad, la parte más privilegiada, ya lo percibió. La otra parte tiene que despertarse. No va a haber mercado de trabajo para todo el mundo, se va a estrechar aún más”, sostiene.

Tradução: Gabriel Marques