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El Instituto Humanitas360 participó en la 30ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, concluida el 22 de noviembre en Belém, con una misión clara: demostrar que la justicia climática y la justicia social son inseparables. Actuando simultáneamente en las zonas Azul (donde ocurren las negociaciones oficiales), Verde (abierta a la sociedad civil) y Amarilla (espacios paralelos organizados por instituciones de la sociedad civil) de esta COP30, llevamos nuestra Carta de Propuestas y sus cuatro ejes prioritarios: política de drogas y justicia climática, el potencial del Cáñamo como solución ambiental y económica, cooperativas sociales en la economía verde inclusiva y filantropía para el financiamiento climático.

Representando el ecosistema del Fondo Filantrópico PDR – que mantiene, además del H360, al Instituto Ficus, CIVI-CO, Tereza y Scirama Psychedelic Science –, destacamos iniciativas como la Coalición Agua Potable para los Pueblos Indígenas y defendimos que las poblaciones históricamente marginalizadas – desde las periferias hasta los territorios tradicionales – sean reconocidas como portadoras de saberes esenciales para enfrentar la emergencia climática.

A continuación, el relato de las representantes del Instituto Humanitas360 en la COP de la Amazonía.

Larissa Itri, consultora jurídica:

«Fueron cinco días en la COP, inmersa en la Zona Azul, donde las negociaciones formales convivían con la fuerza viva de la sociedad civil y la mayor presencia indígena de la historia de las Convenciones Marco. En los pasillos y en los foros oficiales, resonaba la certeza de que no existe gobernanza climática sin democracia real: sin diálogo, sin escucha y sin la participación directa de quienes cargan el impacto en el cuerpo y en el territorio.

Las discusiones sobre seguridad pública dejaron al descubierto aquello que el Instituto Humanitas360 ya denuncia: el crimen ambiental, desde las rutas ilegales del tráfico hasta los frentes de minería ilegal que mutilan la Amazonía, es parte estructural de la crisis climática. Se trata de la tercera mayor economía ilícita del mundo y enfrentarlo exige más que represión; exige comprender sus raíces y actuar con inteligencia, justicia y coraje.

La COP30 presentó innumerables iniciativas y propuestas, pero ninguna tendrá legitimidad si ignora los saberes originarios y las voces de los más afectados. El financiamiento climático es urgente y necesita llegar a la base. Este es el compromiso que atraviesa el trabajo de Humanitas360: garantizar que las decisiones sobre el futuro del planeta nazcan de quienes sustentan la vida en el territorio.»

Larissa Cordeiro, analista de proyectos:

«La actuación de la sociedad civil en esta COP fue ineludible y el Instituto Humanitas360 también estuvo en la Zona Verde y en diversos espacios paralelos distribuidos por Belém. Como representante, pude acompañar y quiero destacar la realización de la Cumbre de los Pueblos, que desde 1992 se consolidó como espacio de unidad en la diversidad, donde el compartir de agendas, demandas y soluciones entre los pueblos y comunidades tradicionales, las periferias y los movimientos sociales reafirman que el debate sobre la crisis climática no avanzará sin justicia ambiental.

Mi participación en el Eje II (‘Reparación histórica, combate al racismo ambiental y a las falsas soluciones’) de la Cumbre de los Pueblos, en la mesa de la Central de la COP sobre los impactos de la crisis con Jurema Werneck – en el lanzamiento del libro ‘Periferias en el combate al racismo ambiental’, de Perifa Connection, del informe de la Plataforma Dhesca sobre violaciones de derechos humanos y en la lectura de la Carta Periferias por el Clima, del Frente Periférico por Derechos –, evidenció un consenso creciente: ¡las soluciones están en los territorios!

Desde el Cerrado quilombola hasta las favelas amazónicas, desde las periferias urbanas hasta los pueblos indígenas aldeados, quienes más son impactados por el colapso climático y ambiental, por la violencia armada y por la guerra contra las drogas, son también quienes más presentan soluciones reales. Frente a las recientes tensiones en el escenario de la política internacional, la realización de la COP30 en Brasil, sobre todo en Belém do Pará, deja un mensaje para el mundo: el Sur Global seguirá en la defensa de la democracia y de la soberanía de sus naciones y pueblos ante la disputa histórica por el derecho al buen vivir.»

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