Refugio en tiempos de crisis política
Por Piedo Bonadeo, vicepresidente de Humanitas360
En tiempos de crisis económica, la demanda para las inversiones seguras aumenta. Los individuos adquieren bienes que se caracterizan por mantener su valor en el tiempo, como metales preciosos y bienes inmuebles. Para que los que la inversión no es una opción, sufren el desempleo, las condiciones de vida precarias, educación de baja calidad, asistencia social mínima, malas condiciones de calidad de vida que los llevan a la desesperación y el pánico. La necesidad de restaurar la confianza social se vuelve entonces una obligación. De acuerdo con una reciente encuesta realizada por Data Popular, el 89% de los entrevistados no pudo mencionar un referente que los ayude a lidiar con la crisis económica en Brasil. Sin embargo, el Papa Francisco fue uno de los más mencionados entre el 11% restante.
Así, podría ocurrir que alguien como el Papa Francisco se convierta en el refugio en momentos de crisis política y económica en Brasil. Pero dejemos de lado al Papa Francisco. Lo que se necesita son ciudadanos y políticos que representen los valores de la Constitución tanto como lo hace la comunidad mundial. Ciudadanos y políticos que celebren la dignidad humana y la dignidad del individuo según los principios de libertad y justicia social. Principios que son eternos. La honestidad y la moral deben ser valores centrales de cada ciudadano, los funcionarios públicos y el empresariado.
La inmoralidad política es la consecuencia de la inhabilidad política para gobernar y abordar problemas reales de los ciudadanos. Los políticos que no son ciudadanos perdieron sus ideales en común y solo se refieren a aquellos puramente abstractos y que carecen de significado verdadero: la justicia, la ley, la libertad, la transparencia y la democracia se han convertido en palabras vacías. La realidad es que la política ha perdido los valores. El debate público se limita a la retórica mientras que el bien común se volvió la excepción y no la regla de oro de los buenos políticos.
Creemos en restaurar la regla de oro a través del empoderamiento ciudadano. Es un ciclo de empoderamiento: los ciudadanos se empoderan a través de los valores, luego organizan manifestaciones (huelga extendida de maestros y trabajadores del sector público en Argentina; protestas para demandar mejores en el transporte público y la educación en Brasil en 2013 y las reacciones más recientes a los casos de corrupción desenfrenada en Guatemala y Brasil), los resultados deberían ser políticos que impulsados por los valores, reformen el sistema político y recuperen la gobernanza, mientras que los ciudadanos empoderados mantienen el sistema en funcionamiento y se aseguran de que la libertad y la justicia social son valores comunes al tiempo que la retórica se vuelve la excepción.