El papel de la comunidad internacional en Venezuela
Por Troy Murphy
20 de octubre de 2016: Otra Crisis Más
El futuro de Venezuela permanece incierto luego de que el Consejo Nacional Electoral (CNE) suspendiera el referéndum que pretendía remover al presidente Nicolás Maduro del poder1. La oposición debía completar la segunda parte del proceso y juntar firmas del 20 por ciento del electorado (alrededor de cuatro millones de firmas) entre el 26 y 28 de octubre. La oposición observó la suspensión como otro tipo de abuso de poder de la administración de Maduro, lo que provocó otro levantamiento.
Venezuela se encuentra en una situación delicada. La oposición solo tiene nueve meses para completar un largo proceso de tres pasos. Sin embargo, la suspensión del referéndum hizo casi imposible remover a Maduro del poder antes del 10 de enero de 2017. Si Maduro aceptara la renuncia antes del 10 de enero (lo que marcaría el cuarto año de su mandato), el vicepresidente actual debería terminar el mandato hasta 2019. Incluso si se removiera a Maduro el año que viene, él y su partido mantendrían el mismo control que tienen hoy en día.
Al mismo tiempo, la violación de los derechos humanos en Venezuela sigue empeorando, no hubo cambios relevantes para mejorar la persistente crisis económica y el gobierno continúa con el abuso de los poderes políticos y la violación de las prácticas y valores democráticos. Human Rights Watch publicó un informe de 85 páginas en el que se mencionan algunos de los problemas actuales como escasez de alimentos, falta de los servicios médicos básicos y clima de intimidación2. Para complicar más la situación, el gobierno niega por completo la crisis humanitaria. En el marco de esta crisis humanitaria, la comunidad internacional debería intervenir.
El 30 de octubre, la oposición y el gobierno se reunieron con el Vaticano y otros mediadores para debatir sobre cómo proceder con el referéndum y la crisis económica. Maduro liberó a cinco presos políticos como “signo de buena voluntad” y la oposición canceló una protesta masiva3. Se espera que las partes se reúnan el 11 de noviembre. La oposición le exige al gobierno que tome medidas para entonces o reconsiderarán movilizarse nuevamente. Luego de la primera reunión, Maduro anunció que “ni a través de las votos ni de las balas” la oposición podrá tomar Miraflores, aumentando así la preocupación sobre cómo el gobierno procederá4. La situación podría empeorar rápidamente y requiere que se tomen medidas urgentes para recuperar el orden y la democracia, controlar la crisis para lograr que la región no se desestabilice y desarrollar nuevas estrategias para abordar la crisis.
El Papel de Estados Unidos
Estados Unidos posee un papel activo pero limitado en esta crisis. Se ha distanciado de las acciones que podrían verse como intervencionistas luego de una tensa y larga historia con Venezuela. El embajador Shannon participó de las negociaciones con el Vaticano y reiteró que Estados Unidos apoyará las negociaciones, sin importar el resultado5.
Organizaciones Internacionales: La Solución Alternativa
A pesar de que la comunidad internacional tiene esperanzas de que las conversaciones sean productivas, si las partes no llegan a un acuerdo, la situación podría volverse violenta en cualquier momento y desestabilizar la región. Esto nos hace preguntarnos si existe una solución alternativa en caso de que las conversaciones fracasen.
Venezuela es miembro de varias organizaciones internacionales incluyendo –la que en este escenario es la más relevante- la Organización de los Estados Americanos (OEA). La OEA está conformada por 35 naciones de América y posee mecanismos para proteger y defender la democracia, los derechos humanos, el desarrollo económico y las instituciones democráticas a través de la Carta Democrática Interamericana6. De acuerdo con el Capítulo 5, el Secretario General tiene la facultad para pedirle al consejo permanente que intervenga y “se comprometa a realizar una evaluación general de la situación y tome las decisiones que considere convenientes” allí donde exista “una alteración inconstitucional del régimen que afecte el orden democrático en un Estado miembro”. El consejo posee la facultad para suspender al Estado de la OEA mientras “la Organización mantiene iniciativas diplomáticas para restaurar la democracia en ese Estado”.
La OEA intentó interceder en oportunidades anteriores como la de junio de 2016, cuando se llevó a cabo una sesión de emergencia de cuatro horas que terminó sin el consenso de los Estados miembro sobre cómo proceder. La oposición venezolana y el senado chileno sugirieron que la OEA interviniera. Sin embargo, la OEA no tomó medidas en los últimos meses.
Incluso si la OEA convoca a una sesión especial, existe una división entre los Estados miembro que dificulta lograr un acuerdo. Venezuela tiene un poder importante sobre muchos países de América Latina, ya que 18 de los 35 países miembro de la OEA son también miembros de PetroCaribe7. PetroCaribe, fundada por Venezuela, les permite a 17 países adquirir petróleo con acuerdos preferenciales. Entre 2005 y 2015, Venezuela suministró – en promedio – el 32 por ciento de la demanda de petróleo a sus miembros8. Entre 2011 y 2013, los acuerdos preferenciales representaron pérdidas en el ingreso de 2.3 mil millones de dólares estadounidenses por año para Venezuela. Sin embargo, Venezuela sigue manteniendo el acuerdo, a pesar de la caída de los precios del petróleo y las pérdidas a nivel nacional y dándole el control sobre los países que dependen de Venezuela para el suministro de petróleo. Además, algunos países, como Bolivia, se mantuvieron leales a Maduro y al régimen chavista. A pesar de las razones políticas, los hechos muestran que Venezuela se encuentra en problemas.
La misión de la OEA exige que los Estados pertenecientes a la Carta mantengan su compromiso de defender la democracia. Además, deberían considerar las consecuencias sociales y económicas a largo plazo que ocurrirían en América Latina si se ignora la crisis. La comunidad internacional y la OEA poseen las facultades para garantizar que no se violen los derechos humanos y que los gobiernos democráticos sean responsables por medio de las conversaciones multilaterales y sanciones. Esta crisis va más allá de la corrupción política. La comunidad internacional debería mantener los principios democráticos y proteger a los venezolanos, quienes son las víctimas de estas violaciones de derechos humanos.
Hacia Adelante: ¿Dos años más?
En este momento, incluso si la CNE revoca la decisión y reactiva el referéndum, no hay suficientes días para completar el proceso antes del 10 de enero de 2017. Pese a que revocar la decisión podría reestablecer el orden y la democracia en Venezuela, un referéndum que se base en el actual plazo evitaría la elección y la administración de Maduro permanecería en el poder hasta el 2019.
Si el presidente Maduro ejerce presión para mantenerse en el poder por dos años más o si ambos partidos no presentan un plan inmediato para mejorar la crisis económica y social de Venezuela, resulta casi inevitable que Venezuela colapse en los próximos dos años al no abordar la crisis actual. Un colapso resultaría catastrófico no solo para Maduro, su administración y el pueblo venezolano sino también para toda la comunidad internacional. Los países de la región tendrían que tratar con un gran número de personas desplazadas y con migración si la situación se desborda. Además, ya que varios países dependen del petróleo de Venezuela, un colapso repentino del poder podría generar incertidumbre sobre el futuro de Venezuela y el acceso al petróleo, lo que podría impactar directamente en las economías nacionales de la región. Es fundamental que Maduro acepte ciertos cambios significativos de manera inmediata y encuentre soluciones a la crisis actual para evitar un colapso nacional y regional.
- La Última Oportunidad: el presidente Maduro debería dar comienzo al referéndum inmediatamente
Si Maduro pretende evitar una revolución o la intervención extranjera y realmente pone al pueblo venezolano en primer lugar, debería dar comienzo al referéndum de manera inmediata. El referéndum debe estar monitoreado por la OEA para garantizar la legitimidad de la reelección. Si el pueblo de Venezuela apoya el régimen – como afirma Maduro – un referéndum solo legitimará y fortalecerá al gobierno para que continúe con las políticas económicas y sociales. Sin embargo, si el pueblo elige un camino diferente, existe la oportunidad para un cambio pacífico en el gobierno, tanto para el presidente Maduro como para el pueblo de Venezuela.
- Una Opción Alternativa: La OEA
Si el presidente Maduro no toma medidas para modificar las políticas sociales y económicas o llama a un referéndum de manera inmediata, la comunidad internacional y la OEA tienen la obligación de actuar para proteger la democracia y los ciudadanos de Venezuela. Si la mayoría de los países en América se unen y colaboran, tendrían suficiente poder para controlar la situación y evitar el caos, mejorar la infraestructura democrática y abordar la crisis de derechos humanos. Si el gobierno no llama al referéndum, la única opción que le deja a la oposición es actuar por medio de la violencia o acciones antidemocráticas. Si la OEA y la comunidad internacional toman medidas antes de que esto ocurra, tendrán el poder para presionar al presidente Maduro para que resuelva la violación a la democracia y a los derechos humanos en Venezuela. Los países de América Latina deberían trabajar en conjunto y presionar al gobierno para que tome medidas.
Venezuela no puede seguir con las políticas actuales. Al ser una sociedad desarrollada, creamos mecanismos para garantizar los derechos humanos a las personas de todo el mundo. Cuando se violan los derechos humanos y se dejan de lado bajo la misma administración, la comunidad internacional debería intervenir para presionar y brindar su apoyo al gobierno nacional para generar soluciones a largo plazo y restaurar la democracia. Es tiempo de que el presidente Maduro y la comunidad internacional tomen medidas y protejan a pueblo de Venezuela.
Referencias y Notas al Pie
1CNE. (2016). Consejo Nacional Electoral (CNE). Obtenido de www.cne.gov.ve/web/sala_prensa/noticia_detallada.php?id=3483
2 Human Rights Watch. (2016). Venezuela’s Humanitarian Crisis. Human Rights Watch, 1-85.
3 Crooks, N. (2016, November 1). Venezuela Opposition Says 5 ‘Political Prisoners’ Released. Obtenido de www.bloomberg.com/news/articles/2016-11-01/venezuela-opposition-says-5-political-prisoners-released
4 Maduro: Ni con Votos ni con Balas la Oposición Volverá a Miraflores [Television broadcast]. (2016, November 4). In Tele SUR. Caracas, Venezuela. Obtenido de www.videos.telesurtv.net/video/610038/maduro-ni-con-votos-ni-con-balas-la-oposicion-volvera-a-miraflores
5 U.S. Department of State. (2016, November 04). Briefing on Venezuela. Obtenido de www.state.gov/p/us/rm/2016/264112.htm
6 OAS. (2001, September 11). Inter-American Democratic Charter. Obtenido de www.oas.org/charter/docs/resolution1_en_p4.htm
7 Los 17 países que forman parte de la OEA y PetroCaribe: Antigua and Barbuda, Bahamas, Belize, Cuba, Dominica, Dominican Republic, Grenada, Guatemala, Guyana, Haiti, Honduras, Jamaica, Nicaragua, San Cristobal and Nevis, Saint Vincent and the Grenadines, Saint Lucia, Suriname, and Venezuela.
8 Permanent Secretariat of SELA. (2015, June). Evolution of the PetroCaribe Energy Cooperation Agreement. Obtenido de www.sela.org/media/1950653/evolution-of-petrocaribe.pdf
9 The Economist. (2014, October 04). Single point of failure. Obtenido de www.economist.com/news/americas/21621845-venezuelas-financing-programme-leaves-many-caribbean-countries-vulnerable-single-point