Más ciudadanos, menos sujetos
Por Piero Bonadeo, vicepresidente de Humanitas360
La relación entre los ciudadanos y las instituciones trasciende el pacto constitucional. En una monarquía, esta relación se caracteriza por el hecho que los individuos y sujetos reconocen y aceptan la voluntad del rey. En una república, donde los ciudadanos no participan de procesos democráticos, donde la mayoría acepta de forma pasiva un sistema de corrupción profunda y difusa y los servicios públicos básicos no se brindan a nivel aceptable; donde existe una aceptación casi pasiva de la ley, existen sujetos. Ellos aceptan las relaciones pasivas con el poder porque no reconocen un elemento básico de la democracia: el poder está en manos de los ciudadanos.
No es necesario indagar en el tema específico de la grave crisis política causada por incontables casos de corrupción que involucran a varios políticos brasileros.
Es necesario destacar ejemplos de servicios públicos, como el sistema judicial, que funciona y realiza su trabajo de manera profesional, transparente e imparcial, y que, como consecuencia, devuelve la confianza a los individuos; individuos que vuelven a ser ciudadanos con manejo del poder y que dejan de ser sujetos sometidos a la voluntad del poder público.
Para el final del verano en América Latina, aires de renovación soplan en la experiencia de la ciudadanía, ya sea por el proceso de paz en Colombia, la increíble participación de los ciudadanos en las elecciones de Venezuela y Argentina, o al surgimiento de la generación de jóvenes emprendedores de América Latina. La confianza en la funcionalidad del pacto social que se ha logrado en América Latina a través de la Constitución está de regreso. Más ciudadanos y menos sujetos es lo que necesitamos en América Latina. Hoy los reyes están al descubierto.