Encuentro de ex detenidas cooperadas en el Humanitas360 marca una nueva fase del proyecto iniciado en la penitenciaria
El Instituto Humanitas360 promovió un encuentro con cinco cooperadas en libertad del proyecto Empreendedorismo Atrás e Além das Grades. La reunión marca el inicio de una nueva fase del trabajo que empezó cuando estaban presas en la Penitenciaria Femenina 2 de Tremembé, con la cooperativa que se nombró Lili. Ahora, producirán en sus casas, con el apoyo de ventas garantizado por el H360.
Durante el día, participaron de un café con el equipo del instituto, tuvieron encuentros individuales con una sicóloga y asistente social, con facilitación del Projeto Responsa, además de orientación jurídica y de producción, para direccionar los próximos pasos. También hicieron sesiones de masaje y una visita al Beco do Batman: “Es la primera vez que vengo a São Paulo para pasear, me encantó conocer el Beco”, dijo Ana Cristina, una de las cooperadas.
Con apenas una semana de libertad, Tânia destacó la alegría de volver a su casa y a la compañía de sus hijos. Sin embargo, apuntó diversas dificultades en el proceso de readaptación. “Todavía estoy un poco chocada, me topé con la realidad ahora. Resolver problemas fáciles con los que no lidiaba cuando estaba presa es difícil. Si no tuviera mi familia y todo el apoyo que recibo de tantas personas, no tendría fuerza para lograr esperar para conseguir un empleo, esperar para poder darles un regalo a mis hijos, que les guste. Es tentador volver al dinero fácil, que te lleva otra vez a aquel lugar”, afirmó.
Las cooperativas van a retomar la producción, dividiéndose entre el corte, la costura, el bordado y el croché. Recibirán los materiales para producir bolsos, carteras y manteles individuales, además de trabajos artísticos. Como toda la producción de la penitenciaria, los productos serán comercializados por la marca Tereza a partir del año que viene, y toda la renta será dividida entre las cooperadas.
La presidente del H360 Patrícia Villela Marino les contó sobre un encuentro reciente que tuvo con Sônia Leal, una de las líderes de las Bordadeiras do Jardim Conceição, que les ministró diversos talleres a las cooperadas de la Lili. “Muchas de ellas, ahí, consiguen trabajar de 6 a 8 horas por día y aún así acompañan la rutina de los hijos y están presentes en sus vidas”, destacó. Vale recordar que, en muchos de los casos, son madres solas, con más de un hijo.
Las cinco destacaron la alegría de poder retomar la producción tras el cierre de la cooperativa en el Presidio Femenino II de Tremembé y las ganas de que cada vez más, conforme otras compañeras ganen libertad, el proyecto se estructure como una alternativa de renta para egresas del sistema penal. “Estamos muy unidas y ahora vamos a buscar a las chicas que faltan”, destacó Anaysa.
Conozca a las cooperadas del nuevo proyecto
Glaucia – 42 años, viuda, 3 hijos, vive en Cruzeiro (SP). Además de continuar costurando y bordando para la cooperativa, abrió un negocio de pollo asado en el garaje de su casa que funciona los fines de semana. Cumplió 6 años y 9 meses de detención, y al fin de este periodo ingresó en la cooperativa. Se libertó en agosto de 2018 y ya pagó una parte de su pena multa. Su madre quedó con la custodia de sus hijos, y así pasó a recibir el dinero de la jubilación del exmarido de Glaucia, que complementaba su renta. Actualmente, sufre con amenazas de que la madre le pida aumento de la pensión de los hijos en la Justicia.
Anaysa – 35 años, vive con el compañero en Cubatão (SP), y tiene 3 hijos. Hace bordado para la Cooperativa Lili. Al salir del presidio, en mayo de 2019, utilizó el dinero que ganó en la cooperativa para comprar una casa de madera. También ganó de la suegra una carpa para vender hamburguesas.
Ana Cristina – 47 años, tiene 5 hijos y vive en São José dos Campos (SP). Actualmente, hace pintura en paños de cocina y finaliza con los bordados que aprendió en la cooperativa. Vende su trabajo en la calle. En la Lili, también borda. Ganó la libertad en febrero de 2019. Actualmente vive con la hija, el yerno, la nieta y el exmarido. Los otros hijos viven fuera – uno en un refugio, el otro es casado, y el otro vive con los parientes. Cumplió 4 años y 10 meses.
Dirce – 48 años, viuda, tiene 1 hijo, es residente de la vivienda asistida de Itanhaém (SP). Se institucionalizó desde los 4 años – en refugios, en la antigua Febem, en centros de acogida y, después, en penitenciarias. Sufrió diversas formas de violencia en la infancia. Vivía en la Cracolândia y, en esta época, perdió la custodia del hijo. Hace croché y actualmente vende sus productos al borde de la playa de Itanhaém. Sueña en reencontrar el hijo, que se llama Tiago y tiene hoy 28 años. Cumplió 9 años y 4 meses de pena y está libre desde mayo de 2019.
Tania – 34 años, está soltera, es madre de 3 hijos, vive en Taubaté (SP). Borda, hace croché y es uno de los liderazgos de la cooperativa – actuaba como una de las coordinadoras de la producción en el presidio. Ahora es trabajadora doméstica. Acaba de salir del presidio en libertad condicional.
(Tradução: Gabriel Marques)