H360 trabaja para garantizar los derechos de mujer indígena de la cooperativa social en Maranhão
El 26 de septiembre, una mujer indígena del pueblo Guajajara que forma parte de la Cooperativa Social Cuxá, instalada por el Instituto Humanitas360 en la Unidad Penitenciaria de Mujeres de São Luís, Maranhão, obtuvo el derecho a la libertad provisional. Ella se encontraba en prisión preventiva en el Complejo Pedrinhas sin haber sido condenada, en un proceso que restringió sus derechos como indígena.
La cooperativa de la que formaba parte es el resultado de una alianza entre H360 y el Consejo Nacional de Justicia, el Gobierno de Maranhão y el Tribunal de Justicia del Estado firmada en 2019. El acuerdo de cooperación del Instituto con el Poder Público y el Poder Judicial local fue renovado este año, incluyendo otros órganos de Maranhão como el Ministerio Público, la Defensoría Pública y el Consejo Penitenciario estatal.
Fue durante una visita a la cooperativa que el equipo multidisciplinario de H360 tomó conocimiento de la situación de la acusada y observó que no se respetaban resoluciones del Consejo Nacional de Justicia sobre derechos indígenas, incluida la realización de peritajes antropológicos y la presencia de intérpretes especializados en lenguas de la región. La ausencia de estos instrumentos legales fue justificada, en el proceso, por la supuesta asimilación de los imputados a la cultura de pueblos no indígenas. Sin embargo, en contacto con la mujer Guajajara de la cooperativa, el equipo de Humanitas360 encontró dificultades para comunicarse en portugués y utilizar productos de higiene íntima convencionales.
Ante el caso, el Instituto Humanitas360 realizó una colaboración entre la Defensoría Pública, el Tribunal de Justicia y la Secretaría de Administración Penitenciaria del Estado de Maranhão, además de la gestión de la Unidad Penitenciaria de Resocialización Femenina (UPFEM) de São Luís. También fueron contactados la Defensoría del Pueblo del Ministerio de los Pueblos Indígenas y la Fundación Nacional de los Pueblos Indígenas, así como las representaciones de la FUNAI en el estado y en la capital de Maranhão. Esta costura institucional permitió respetar los derechos de la mujer Guajajara. Luego de obtener la libertad provisional, ahora cumple medidas cautelares en espera de juicio en una aldea del municipio de Amarante do Maranhão, a donde regresó con el apoyo del H360.
“Quiero agradecer a todos los involucrados y a las entidades públicas, sin las cuales no habríamos logrado este resultado”, dice Patrícia Villela Marino, presidenta del Instituto Humanitas360. Para ella, esta costura demuestra el lugar reservado a la filantropía estratégica para cambiar paradigmas. “Fue obra de una institución de la sociedad civil organizada que articuló a los Poderes y cumplió su función en lo que los Poderes no pudieron. Cumplió su papel de negociadora, de defensora de derechos, pero también de comprensiva de las limitaciones del poder público en muchas situaciones”, afirma.
La presidenta del H360 también destaca aspectos de género en el caso. “Ella es un ejemplo de una persona que, aún en proceso de investigación, fue condenada por un delito que quizás no cometió –y de otro del que pudo haber sido víctima: el feminicidio”, reflexiona. “¿Cuántas mujeres en Brasil son acusadas de un delito que, si es correctamente observado por los operadores de justicia, en realidad serían víctimas de abuso o feminicidio?”
Según Higor Cauê, director de Humanitas360, este es un caso paradigmático: “Discutir el encarcelamiento de cuerpos de indígenas requiere avances y cambios de paradigma en las políticas penales y penitenciarias. Y no rehuimos ese debate. En primer lugar, reconocemos su identidad, costumbres y cultura”. Según Cauê, la mujer Guajajara no podría haber sido tratada como una persona blanca por los tribunales. “No se puede aceptar el tratamiento. El respeto y la adecuación de las leyes son necesarios para casos como este, especialmente para la reparación histórica y la protección de los derechos y garantías fundamentales de los pueblos indígenas y comunidades tribales. Se trata de hacer que la ley funcione en proporción a la dignidad humana de todos y cada uno, y de nuestros antepasados, que llegaron primero”.
Al visitar Maranhão en el momento de la liberación de la indígena, Patrícia Villela Marino entró en contacto con Almir Suruí, cacique general del pueblo Paiter Suruí. La dirigencia envió el siguiente mensaje a la Guajajara: “Familiar, conocí tu historia a través de mi amiga Patrícia Villela Marino. Quiero decir que estoy muy feliz de que hayas salido de donde estabas y hoy estés caminando hacia tu pueblo. Quiero decirle a su comunidad que reflexione profundamente sobre su historia y le dé la bienvenida. Porque así es como construimos una sociedad justa: reconociendo errores, evaluando errores y corrigiendo errores”.
El pueblo Paiter Suruí ya recibió al equipo H360 en visita al Territorio Indígena Sete de Setembro, entre los estados de Rondônia y Mato Grosso, iniciando una amistad cívica entre el Instituto y el pueblo liderado por Almir Suruí. A través del PDR Fondo Filantrópico, creado por Patrícia Villela Marino junto a su hijo Daniel y su esposo Ricardo para organizar las acciones filantrópicas de la familia, los Paiter Suruí ya recibieron apoyo en proyectos como la instalación de plantas de agua tratada, en alianza con la startup de impacto socioambiental Água Camelo.