Artículo: José Gregori, Un Ícono de la Justicia y los Derechos Humanos
Por Patrícia Villela Marino
Nacido el 13 de octubre de 1930, José Gregori vivió 92 años a favor de la justicia, la democracia y los derechos humanos. Si bien su cumpleaños es motivo para celebrar la vida de un hombre extraordinario, este año marca un cambio, el fallecimiento de un gigante. Gregori nos dejó el mes pasado, pero su legado sigue siendo eterno en los corazones y las mentes de los brasileños.
Gregori reunió la Academia, la fe y el conocimiento. Unió lo que parecía estar separado al servicio de un mismo fin: hacer de su humanismo y su inteligencia faros para allanar el camino hacia la justicia social. Movido por la compasión, atravesó polarizaciones políticas pasadas y presentes para, dentro de los límites de sus disposiciones, hacer realidad este amor ágape.
Licenciado en Derecho por la Universidad de São Paulo, José Gregori se desempeñó como Secretario de Seguridad Pública de São Paulo y, posteriormente, como Ministro de Justicia, siempre con el foco puesto en los derechos humanos y la implementación de políticas más justas para todos. Su enfoque equilibrado y considerado le ha ganado un gran respeto, incluso en un panorama político a menudo dividido.
José Gregori asesoró y colaboró en diferentes ocasiones con mi trabajo al frente del Instituto Humanitas360. En 2017, su participación fue fundamental en las actividades de la Coalición por el Cambio de Paradigma en Sentencia y Prisión. Generoso, aceptó nuestra invitación a participar en talleres y círculos de conversación, en los que enfatizó que la situación carcelaria en Brasil es síntoma de un déficit civilizacional y de poco respeto por los derechos humanos.
Este aporte fue decisivo para la creación del programa Emprendimiento Detrás y Más Allá de los Grados del H360, que incluye proyectos de cooperativa social para mujeres reclusas y LAB360, que proporciona computadoras a los reclusos para estudiar y realizar visitas sociales virtuales. En estas acciones buscamos poner en práctica lo que aprendimos de José Gregori: no basta con abordar únicamente las consecuencias de la delincuencia y la injusticia social, sino principalmente sus causas, como el acceso desigual al mercado laboral y al sistema educativo.
En otras palabras, fue para todos nosotros un faro de integridad y compasión. Su implicación con nosotros no fue sólo profesional, sino personal. Realmente creía en cada persona como un individuo capaz de cambiar y crecer.
Con un sentimiento de profunda pérdida, pero también de profunda gratitud, nos despedimos de José Gregori. Hoy, en lo que habría sido su 93 cumpleaños, celebramos una vida extraordinaria, vivida al servicio de los demás. Descansa en paz, amigo y mentor: tu luz seguirá guiándonos por el camino de la justicia y la humanidad.
A José Gregori le sobreviven una familia amorosa, innumerables amigos y una nación que es infinitamente mejor gracias a su existencia y servicio. Por respeto a su memoria y legado, el Instituto Humanitas360 y otras organizaciones con las que participó continuarán trabajando incansablemente para hacer realidad su visión de un Brasil más justo y humano.
Estimado Ministro, extrañaré mucho su compasión, conocimiento técnico y encanto. Espero volver a encontrarte en la eternidad.