Estudio del H360 proyecta extinción de las salidas temporales de personas presas hasta 2034 y alerta sobre perjuicios a la reinserción social
A partir de la modificación en la Ley de Ejecución Penal que restringió las salidas temporales de personas presas, se estima que, hasta 2034, ningún recluso tendrá más derecho a las llamadas «saidinhas», con impactos alarmantes para la reinserción social en el sistema penitenciario brasileño. El cambio es objeto de un estudio elaborado por el departamento jurídico del Instituto Humanitas360, que proyecta la extinción completa del beneficio basándose en datos del 16º Informe de Información Penal (Relipen), de junio de 2024.
Aprobada por el Congreso Nacional y sancionada con vetos por el gobierno federal a principios de 2024, la Ley nº 14.843 altera sustancialmente la LEP al extinguir el derecho a la salida temporal para visitas familiares y actividades de ocio. El beneficio se mantuvo solo para salidas relacionadas con trabajo externo y estudio, representando una restricción significativa en relación al régimen anterior. Sin embargo, un aspecto fundamental de este cambio legislativo es que, por tratarse de una norma penal más grave, la nueva legislación no retroactúa – es decir, solo las personas condenadas después del 10 de enero de 2024 son alcanzadas por la nueva regla.
Esto significa que todos aquellos que iniciaron el cumplimiento de sus penas antes de esa fecha mantienen el derecho adquirido a las salidas temporales bajo los términos de la legislación anterior. Es justamente este grupo el que fue objeto de análisis del H360 para comprender cuándo el derecho será completamente extinto del sistema penitenciario brasileño. El estudio utilizó datos del 16º Relipen y reveló que había aproximadamente 360.430 personas cumpliendo pena en régimen cerrado y 112.980 en régimen semiabierto, totalizando cerca de 473.410 personas potencialmente beneficiarias de la salida temporal. El análisis consideró tanto la pena total aplicada como la pena remanente – es decir, el tiempo que aún falta cumplir.
Los datos muestran que el promedio de la pena remanente es de aproximadamente 9,6 años. Considerando que solo quien fue condenado antes del 10 de enero de 2024 mantiene el derecho al beneficio, es posible proyectar que hasta 2034 la inmensa mayoría de las personas con derecho adquirido habrá concluido el cumplimiento de sus penas. La distribución de las penas remanentes revela que 31.547 personas tienen hasta seis meses para cumplir, mientras que otras 48.167 personas aún necesitan cumplir entre 4 y 8 años de pena. En el extremo opuesto, solo 300 personas tienen penas remanentes superiores a 100 años.
Más que una simple reunión de números, el levantamiento demuestra la verdadera cuenta regresiva que el cambio legislativo impone a uno de los instrumentos más importantes de reinserción social, cuya extinción debe hacer aún más difícil para las personas presas reconstruir su retorno a la libertad.
Durante los períodos de «saidinha», presos y presas en régimen semiabierto tienen la oportunidad de reanudar, fortalecer o crear lazos esenciales con familiares y su círculo social. Estos momentos son cruciales para preparar el retorno a la convivencia social, permitiendo que la persona presa mantenga conexiones con el mundo exterior, al cual regresa de forma gradual. El mantenimiento de estos vínculos sociales es reconocidamente un factor de protección contra la reincidencia criminal.
Datos recientes del propio sistema muestran que la tasa de evasión durante las salidas temporales es baja, contrariando argumentos frecuentemente utilizados para justificar su restricción. Según un levantamiento del G1, en la Navidad de 2023, de las poco más de 52 mil personas beneficiadas en todo el país, el 95% regresó a la prisión en el período estipulado. Entre enero y junio de 2024, el total de abandonos fue de 6.055 casos en 173.577 salidas temporales, representando solo el 3,4% del total. Estos números demuestran cómo el beneficio funciona de forma eficaz sin representar riesgos significativos para la seguridad pública, al contrario de lo que sugiere el discurso punitivo.
Para Larissa Itri, consultora jurídica del Instituto Humanitas360, «la extinción gradual de las salidas temporales hasta 2034 representa la consolidación de un modelo punitivo que ignora que la cárcel, marcada por prácticas de tortura y violaciones sistemáticas, exige mecanismos de transición como las ‘saidinhas’. La progresión gradual de la pena fue concebida como estrategia de reinserción, pero su desestructuración compromete cualquier perspectiva real de retorno digno a la sociedad de las personas presas.»
Para el Instituto Humanitas360, que desde hace una década trabaja por la reducción de la violencia y promoción de la ciudadanía de poblaciones en vulnerabilidad, sobre todo en el sistema penitenciario, este escenario refuerza la importancia de iniciativas como el proyecto «Puertas Verdes: Salida Temporal». A lo largo de 2025, el H360 está yendo al campo en las salidas temporales en el interior del estado de São Paulo, reuniendo socios y voluntarios en acciones de acogida que incluyen donación de ropa, alimentos y kits de higiene personal. También se realizan conversaciones con personas en régimen semiabierto y familiares sobre sus derechos y procesos judiciales, permitiéndoles comprender mejor su situación y tomar decisiones informadas.