Un nuevo estudio refuerza que los puntos débiles de Brasil con respecto a la democracia están asociados a la cultura política de los ciudadanos

Un nuevo estudio refuerza que los puntos débiles de Brasil con respecto a la democracia están asociados a la cultura política de los ciudadanos

Un estudio lanzado por el Instituto Sivis en el fin del año pasado reveló aspectos interesantes sobre la participación ciudadana en el municipio de São Paulo. A partir de entrevistas con especialistas y con más de 2400 residentes en la capital paulista, el Índice de Democracia Local mapeó cinco dimensiones del estado de la democracia en la ciudad: cultura democrática, participación política, funcionamiento del gobierno local, libertades y derechos y el proceso electoral. Algunos de los indicadores que más se destacan en el estudio revelan convergencias con el Índice de Compromiso Ciudadano, un trabajo cooperativo lanzado por el Humanitas360 junto a The Economist Intelligence Unit (EIU) en 2018, con datos del año anterior.

Son trabajos hechos con metodologías diferentes: el estudio más reciente está basado en un survey y entrevistas, en proporciones representativas, con un margen de error de 2% a un nivel de confianza de 95% y se refiere apenas a la capital paulista. En cambio, la pesquisa hecha en 2017 se basó en datos secundarios para analizar tres aspectos del empoderamiento ciudadano en siete países americanos: Estados Unidos, Colombia, Chile, México, Brasil, Guatemala, Venezuela. Los datos fueron: las condiciones garantizadas por los países analizados para garantizar el ejercicio de los derechos ciudadanos; el estado del empoderamiento ciudadano (verificado por medio de las protestas, movilizaciones civiles, peticiones, etc.); y, por fin, la percepción, por la propia población, se su empoderamiento.

Considerando esas diferencias fundamentales, vale un ejercicio de aproximación entre los estudios, a medida en que se acercan en puntos importantes. El estudio de 2018 ya mostraba que el nivel de confianza en el gobierno, en todos los países analizados, excepto los Estados Unidos, era muy bajo – algo que el trabajo más reciente con la población de São Paulo refuerza: los partidos políticos son las instituciones en que los paulistanos menos confían. El porcentaje de confianza de la población – que llega a 42% con las Fuerzas Armadas y a 34% con la Policía – es de 5,8% entre los partidos políticos.

Para la gestora de pesquisa e impacto del Instituto Sivis, Thaíse Kemer, y Camila Pessoa, pesquisadora del instituto, los resultados de los dos estudios se relacionan. “El Índice del Compromiso Ciudadano también muestra que los principales puntos débiles de la democracia brasileña no están exactamente en la estructura constitucional – aunque merezca mejoramientos en algunos puntos –, sino en aspectos asociados a las manifestaciones de la cultura política de los ciudadanos.”

Se identificó el Brasil, en el Índice de Compromiso Ciudadano, como el país que tiene la menor percepción de su poder cívico – aunque los datos muestren instituciones democráticas sólidas y condiciones razonables de empoderamiento ciudadano. Ya, el estudio del Instituto Sivis muestra que, en la población paulistana, hay un nivel bajo de confianza interpersonal: 80,7% dicen confiar en sus familias; 36,8%, en sus conocidos; 23,4%, en los vecinos. La confianza en los desconocidos no llega a 5%, dato que revela un ambiente poco frutífero para discusiones políticas.

“En principio, no es un problema que los ciudadanos desconfíen de los representantes o de las instituciones que los representan”, recuerdan Kemer y Pessoa. “Lo que despierta una preocupación más grande, en el caso del Índice de Democracia Local, es que hay cierta asociación entre los niveles razonables de confianza en el sistema político y el apoyo a la democracia. Entonces, el mayor problema es que la desconfianza en los partidos y en otras instituciones anda, en alguna medida, en conjunto con un sentimiento antidemocrático, que puede contribuir para la erosión del régimen.”

Lo interesante de esos dos estudios es el apuntamiento de huecos y espacios en los cuales la sociedad civil puede actuar. El propio Índice de Democracia Local muestra, por ejemplo, que los ciudadanos que tienen un conocimiento mínimo o que pasaron por formaciones básicas sobre política se interesan y se comprometen más de los que desconocen las funciones básicas del Estado. Por supuesto, los estudios se correlacionan también con los índices de desigualdad – de renta y de acceso a la educación, por ejemplo – que se vinculan a la propensión de las personas a participar de las actividades democráticas y ejercer sus derechos. Los invitamos a todos a conocer mejor los trabajos de los dos índices por los enlaces abajo:

El Índice de Democracia Local – São Paulo (2019), producido por el Instituto Sivis
El Índice de Compromiso Ciudadano (2018), producido por el H360 + The Economist Intelligence Unit (EIU)