“No podemos enfocar apenas en la renta”, afirma periodista Brian Winter sobre las crisis de países latinoamericanos
Especializado en la cobertura de países latinoamericanos, el periodista Brian Winter es el editor en jefe de la Americas Quaterly – revista digital que, en su edición más reciente, aborda la ascensión reciente del poderío militar en países como Bolivia, Brasil y Chile. Para conversar sobre las perspectivas latinoamericanas para la década que comienza, Winter contestó las preguntas del Instituto Humanitas360. “De algún modo la gente tiene más compromiso con la política que nunca – ¡apenas eche un vistazo en Twitter o Facebook! Pero la demanda por resultados se centraliza en cosas como la reducción de la corrupción y del crimen y la retomada del crecimiento económico. Como un resultado no están preocupados con las cosas “pulidas” como libertades civiles y instituciones democráticas.» Lea la entrevista a seguir.
¿Cuáles son los retos para esta década que empieza en Latinoamérica? De acuerdo con la última edición de la Americas Quarterly, una de las amenazas es el crecimiento influyente de militares en la política. ¿Cómo cree usted que eso puede afectar a los países latinoamericanos y Brasil, específicamente?
La década de 2010 fue un período frustrante para América Latina – y muchas de sus sombras permanecen en el inicio de la nueva década. Los problemas incluyen un bajo crecimiento económico, una creciente desigualdad y una violencia que apenas crece (aunque Brasil sea una excepción en este último punto). A lo largo de la región, muchas personas están decepcionadas con las democracias “corruptas”, entonces se vuelven a los valores antiguos y a las viejas estructuras de poder con esperanza de encontrar la solución. Uno de ellos son las Fuerzas Armadas. No es como las décadas de 1960 y 1970 – gobiernos compuestos por civiles permanecen en el poder – pero los militares están retomando mucho de su viejo poder. Claramente estamos viendo esto en Brasil.
En nuestro “Índice de Compromiso Ciudadano”, realizado en conjunto con The Economist Intelligence, y en el último informe del “Índice de la Democracia”, vemos muchas razones para preocuparnos sobre la democracia en los países latinoamericanos como la reducción evidente de las libertades civiles. ¿Cómo ve usted el compromiso ciudadano en los países latinoamericanos en 2020? En Brasil, por ejemplo, los empresarios tienden a ver la aprobación de la población como un factor de estabilidad, permitiendo graves reformas en el sistema de previdencia.
Bueno, de algún modo la gente tiene más compromiso con la política que nunca – ¡apenas eche un vistazo en Twitter o Facebook! La gente no está apática y esto es una cosa buena, porque significa que se responsabilizarán los políticos de alguna forma por sus acciones. Pero la demanda por resultados se centraliza en cosas como la reducción de la corrupción y del crimen y la retomada del crecimiento económico. Como un resultado no están preocupados con las cosas “pulidas” como libertades civiles y instituciones democráticas. Esto pone una cantidad tremenda de poder en las manos del presidente – que a veces lo abusa, o por lo menos trata de hacerlo. Hemos visto eso en muchos países recientemente, de Brasil hasta El Salvador y, sí, los Estados Unidos.
En el artículo de Eduardo Levy Yeyati sobre Chile hay una interesante reflexión sobre la clase media en Latinoamérica – que se les permitieron acceso a los crecientes ingresos, pero no a los servicios públicos. ¿Cómo esta característica se relaciona con el voto en los países latinoamericanos? ¿Cómo los países latinoamericanos pueden salir de este círculo de dependencia entre los gobiernos, la renta y la actual falta de movilidad social?
Está comprobado que no podemos enfocar apenas en la renta. Es imposible entender qué pasó en Chile sin pensar en otros aspectos, porque, por supuesto, Chile es un éxito masivo con relación a la reducción de la pobreza en los últimos 30 años. Se disminuyó también la desigualdad ahí. Pero lo que muchos expertos no percibieron es que el acceso a los servicios públicos – educación de calidad, una pensión viable, y otros servicios – ha fallado. Son estas las cosas que los chilenos y muchos otros ciudadanos demandan. La cuestión, por supuesto, es cómo ofrecerles esos servicios en una época en que la economía no está creciendo y los inversores tienen miedo.
Considerando los cambios políticos que pueden suceder este año – con elecciones locales en Brasil y elecciones presidenciales en Estados Unidos, por ejemplo – ¿espera usted algún cambio en el giro hacia los populistas de derecha en el continente?
Bueno, la gran elección de 2020 es obviamente en los Estados Unidos, ¡y no tengo una bola de cristal para esto! Pero pienso que estamos claramente en un momento populista, tanto cuando hablamos de la derecha como de la izquierda. Es un momento de grandes expectativas de la sociedad y una creciente angustia sobre los cambios tecnológicos, los mercados de trabajo, los valores y la vida cotidiana. Eso se traduce en una atmosfera donde, si el elector ve a alguien prometiendo respuestas simples, se seducirá.