Nadie puede permanecer indiferente – mensaje de la presidente de H360
Humanitas360 fue fundada con la creencia fundamental de que todas las personas, independientemente de su raza, género, origen, orientación sexual y medios económicos, tienen derechos inalienables que no se pueden negar y que deben ser defendidos vigilantemente.
En los últimos días, el mundo ha observado cómo la degradación de esos derechos para los afroamericanos se ha hecho trágicamente evidente. Esta crisis ha puesto de manifiesto el tipo de racismo que vemos diariamente en el sistema de justicia penal que con demasiada frecuencia permanece oculto tras los muros de las prisiones.
Esta no es una crisis de los Estados Unidos, es una crisis global. Es un momento para que personas de todos los orígenes se unan por la falta de humanidad de nuestra sociedad, que trágicamente se ha convertido en nuestra norma diaria.
No es suficiente simplemente no participar en pensamientos y acciones racistas en nuestras propias vidas. Debemos hacer más que hablar de la diversidad y en su lugar abrazarla y comprender el dolor, la disparidad y la injusticia que las personas negras sufren diariamente. No es un momento para paralizar la culpa; es un momento para el tipo de comprensión que nos inspira a convertirnos en líderes empáticos y activos en nuestras familias y comunidades.
Vivimos en un mundo que se mueve demasiado rápido. Los momentos de indignación arden ferozmente y luego desaparecen, y permitimos que las injusticias subyacentes persistan. No más. Todas las personas deben unirse con una voz fuerte y sostenida que diga que podemos y debemos hacerlo mejor.
El reverendo Martin Luther King, Jr. dijo una vez que «La verdadera paz no es sólo la ausencia de tensión; es la presencia de la justicia». En nuestro mundo actual, buscamos evitar la tensión y consideramos eso como un logro. Esto significa que nunca pasamos de la superficie para atacar y erradicar las causas subyacentes.
La justicia para George Floyd es necesaria pero no suficiente. Se trata de más de un oficial de policía o un incidente; se trata de una cultura de odio y violencia. Debemos hacer cumplir la ley y cambiar las leyes, pero también reconocer que más de 400 años de opresión sistémica ha creado una enfermedad que obliga a demasiados a vivir con miedo. Debemos curar la enfermedad – no sólo sus síntomas – y cambiar nuestra forma de pensar.
Si podemos lograr ese cambio, podemos construir puentes para unir nuestra fracturada sociedad.
Estamos de centinela con todos aquellos que están sufriendo en este momento de profunda tristeza. Y prometemos nuestros recursos, energía y compromiso para mantener el fuego que sentimos en nuestros corazones en este momento ardiendo no sólo hoy y mañana, sino hasta que la justicia y la humanidad estén al alcance de todas las personas.
Ninguno de nosotros puede ser indiferente.
Patrícia Villela Marino, presidente del Instituto Humanitas360.