La reinvención de la sociedad debe incluir el sistema carcelario
Patrícia Villela Marino, presidente del Instituto Humanitas360
Artículo publicado originalmente en el periódico brasileño Estadão. Vea el enlace original:
https://politica.estadao.com.br/blogs/fausto-macedo/reinvencao-da-sociedade-deve-incluir-sistema-carcerario/
En el pasado mes, el abogado general del estado norte-americano Nueva Jersey Gurbir Grewal- anteriormente promotor- firmó una orden para colocar en prisión domiciliar alrededor de mil personas detenidas de la región. “Cuándo esta epidemia acabe, yo necesito conseguir mirar en los ojos de mis hijas y poder decirles que hice todo lo que podía para proteger las vidas de los ciudadanos de Nueva Jersey, incluyendo aquellos que están encarcelados”, justificó. También lo hizo Irán con cerca de 85 mil personas detenidas y ciudades como Nueva York y Cleveland.
En Brasil, en la tentativa de contener el avance del nuevo coronavirus en el sistema prisional, el Departamento Penitenciario Nacional (Depen) optó por restringir las visitas y las salidas temporales, defendiendo que estos procedimientos estarían en línea con la principal recomendación de las autoridades médicas y sanitarias de mantener el aislamiento social. Actualmente, cuatro de cada diez presidios no tiene consultorios médicos, alrededor de la mitad no posee farmacia o sala de depósito de medicamento y más del 80% no tienen sala de limpieza y descontaminación, según el estudio de la Agencia Pública. Apartando esto, cerca de 100 mil trabajadores entran y salen todos los días de las unidades penales – por lo cúal, esa medida está lejos de ser un aislamiento, en el sentido que, gran parte de las personas en libertad, en la medida de lo posible, lo están practicando. Tratándose si, de un confinamiento y en doble sentido: ya estando presos y ahora sin el direcho al contacto con quien les ha dado una sensación pertenencia social.
Algunos tribunales brasileros han autorizado liberaciones de personas detenidas dentro de los grupo de riesgo en diversos estados, en contradicción de las orientaciones del Ejecutivo, Según el Depen, 32 mil personas fueron liberadas temporalmente por causa de la pandemia – y no hay que se tenga conocimiento o noticia, un caos de seguridad pública. Por el contrario, es el propio gobierno, reproduciendo más una vez la mentalidad punitiva, quien pidió que las autoridades colectarán información de delitos graves supuestamente cometidos por quien salía de la cárcel, insinuando que había esta correlación.
Ya conocemos las propuestas punitivas y conservadoras como la de “excluyente de ilicitud” y del Plea Bargain (negociación entre el Ministerio Público y el reo) – esta última por conocimiento, copia de los Estados Unidos, es uno de los motivos por los cuales el país gobernado por Donald Trump es el mayor encarcelador del mundo. Por allá – país que el actual gobierno tanto se refleja – una novedad es que el Procurador General William Barr recomendó que las prisiones federales aumentasen el uso de prisión domiciliar por causa de la pandemia. Es tiempo de ideas nuevas y de incluir a todos en esta búsqueda por la innovación.
Soluciones diferentes podían resolver por ejemplo, el caso de 33% de las personas encarceladas en el país todavía sin una condenación definitiva o de las más de 125 mil (17%) en régimen semi abierto, esto es, que ya viven parte de sus días fuera de las cárceles. Visitas estas – que cuestan caro para las familias – pueden ser alternadas, sin perjudicar los encuentros presenciales, a través del contacto por video llamada para aquellos que no consiguen pagar todos los finales de semana para visitar sus detenidos. Aquí está un proyecto que el Instituto Humanitas360 viene trabajando en conjunto con el Consejo Nacional de Justicia, para la implementación inmediata, en fase de pruebas, en el estado de Maranhão.
En los últimos dos años hemos trabajado dentro de los presidios, con la idea del cooperativismo social, creando redes para personas con desventajas (este es el término de la ley) puedan perfeccionar sus conocimientos en artes manuales y en la siembra biodinámica, produciendo artículos textiles originales y alimentos orgánicos.
El trabajo de las personas detenidas, en vez de ser mecánico y mal pagado, puede ganar un sentido de pertenencia y espíritu emprendedor, situación que las personas puedan sentirse dueñas de sus propios negocios, participantes de las decisiones, ejerciendo también sus capacidades creativas y asociativas. Esto contribuye para una verdadera preparación para el retorno a la convivencia en sociedad. No es sólo eso: para una nueva forma de observar y tomar responsabilidad sobre nuestra población carcelaria.