Valor Econômico: «Regalos para el bien impulsa los fondos de ONGs y artesanos»
La siguiente reportaje fue publicada originalmente en portugués en el periódico Valor Econômico el 16 de diciembre de 2022.
Por Marília de Camargo Cesar — De São Paulo
Fin de año es el momento en que muchas organizaciones de impacto social, que dependen de las donaciones para mantenerse, promueven bazares para recaudar fondos extra mediante la venta de regalos hechos a mano. «La venta de los ‘productos del bien’ genera recursos que ya ayudan a financiar el 30% de los proyectos sociales de la institución», afirma Alcione Albanesi, presidenta de Amigos do Bem, institución que ejecuta proyectos de educación, trabajo y ingresos, acceso a la salud, agua y vivienda en el Nordeste. «Estimamos que esta cifra crecerá aún más en los próximos años», afirma. La ONG atiende mensualmente a unas 150.000 personas en 300 aldeas del interior de Alagoas, Pernambuco y Ceará.
Para desarrollar el potencial de cada región, Amigos do Bem ha construido 15 unidades productivas, que promueven desde la plantación de anacardos hasta el procesamiento de nueces, pasando por una fábrica de caramelos y pimienta, talleres de costura y talleres de artesanía. Estas unidades generan más de 1.500 puestos de trabajo en el Sertão. Según Albanesi, hay 230 mil árboles de anacardo en 630 hectáreas de tierra productiva, que cuentan con el monitoreo regular de Embrapa.
Además, seis talleres de costura garantizan empleo e ingresos a 300 mujeres del Sertão que, según la ONG, «dejaron la azada y empezaron a cobrar sus primeros sueldos». «Todos los ingresos obtenidos por la venta de los productos 100% solidarios revierten en nuestros proyectos educativos y de transformación de la vida».
Este año, según Albanesi, más de 500 empresas han comprado los productos, un 40% más que en 2021. La estimación es comercializar más de 100.000 regalos y para 2023, la expectativa es crecer un 50%. «Los productos del bien transforman vidas. Nuestros productos sociales promueven un círculo virtuoso de transformación en regiones donde sólo había hambre, sequía y pobreza extrema.»
Otro proyecto social que obtuvo buenos resultados con los bazares de este mes es Tereza, una marca de productos artesanales, como bolsos, carteras, manteles individuales de ganchillo y accesorios elaborados por mujeres privadas de libertad, ex reclusas del sistema penitenciario o víctimas de violencia doméstica. Hubo dos bazares de Navidad en São Paulo, uno dentro de la división de private bank del banco Itaú y otro en Microsoft, que sumaron 11.000 reales en negocios.
Tereza reúne a mujeres que participan en el programa Emprendimiento Detrás y Más Allá de las Rejas del Instituto Humanitas360, una organización que actúa como incubadora de cooperativas sociales, proporcionando capital semilla, apoyo en el desarrollo de productos y la gestión empresarial, así como apoyo jurídico, de bienestar social y espiritual. «Estas ventas ayudarán a que la Navidad de las mujeres de las cooperativas sea más próspera», afirma Patricia Villela Marino, presidenta de Humanitas360. «El negocio está resurgiendo ahora, este año se ha tratado de reconectar los cabos, después de dos años muy complicados por la pandemia».
«Humanitas360 apareció cuando todo el mundo me había olvidado. El proyecto llegó y cambió mis pensamientos. Hoy empiezo a reintegrarme en la sociedad, lejos de la delincuencia. Detenida em régimen semiabierto, estudio Derecho en la Universidad Zumbi dos Palmares, con una beca del 50% gracias a mi buena evaluación del Enem. Soy una mujer guerrera que, gracias a la marca Tereza, sacó lo bueno de lo malo», afirma Flávia Maria da Silva, encarcelada por tráfico de drogas.
«A los 15 años conocí al único amor de mi vida, me quedé embarazada y fui madre a los 16. Un año después me quedé viuda, con un bebé que criar y una ‘herencia del crimen’, ya que empecé a gestionar el ‘negocio’ de mi gran amor. En los años siguientes sufrí e hice sufrir a mi familia. Una historia de amor con una herencia maldita. Pero maduré mucho en la cárcel y me transformé». Esta cuenta se puede encontrar en el Instagram de la marca. Tereza es el nombre que los reclusos dan a la cuerda improvisada utilizada en los intentos de fuga.
Actualmente, el programa apoya a las cooperativas Cuxá, en la Unidad Penitenciaria de Pedrinhas, en São Luís do Maranhão, y Anahy, en la comunidad de Sapé, en el barrio de Rio Pequeno, zona oeste de São Paulo. «También iniciamos un proyecto en Peruíbe (SP), una cooperativa con 50 mujeres víctimas de la violencia doméstica, que empieza en febrero», dice Marino.
Según ella, los artículos de la marca tienden a ganar visibilidad con la entrada este mes en el marketplace de Magalu. Hasta entonces sólo era posible comprar los productos a través de la página web de Tereza, y los pedidos se hacían por WhatsApp. Empresas como Azul, Alcoa, Banco Inter, Microsoft, Itaú y Magalu ya son clientes de Tereza.
Jirau da Amazônia, organización creada por la Fundación Amazonas Sostenible (FAS), en colaboración con la Asociación Zagaia Amazônia, también promueve la venta de artesanía y productos sostenibles de la región. El objetivo es fomentar los negocios, agregando valor a través de la calificación de los artesanos y generando impactos positivos para las poblaciones tradicionales, según Virgilio Viana, superintendente general de la FAS.
Entre las obras apoyadas por Jirau figura la Asociación de Artesanos Indígenas del Municipio de São Gabriel da Cachoeira (Assai), fundada en 1999 por un grupo de artesanos de diversas etnias. Trabajan principalmente el tucum, una fibra de la palmera tucunzeiro, y producen samburás (cestas hechas de lianas), collares, pendientes, sombreros, bolsos, fruteros, entre otros. Los productos de Jirau da Amazônia pueden adquirirse a través del mercado Americanas.